PRESENTARON NORMATIVA
Fuente: Ellitoral.com.ar/
Sociedad
Vademécum contra los abusos
en la Iglesia,
un manual para correr
el velo de la impunidad
Hace menos de un
mes se dio a conocer un documento elaborado por la Congregación para la
Doctrina de la Fe, mediante el cual se disponen cuestiones procesales ante los
casos de abuso sexual a menores cometidos por clérigos. Esta especie de “hoja
de ruta” también fue presentada formalmente a nivel nacional y
provincial.
Uno de los pasos
principales para atender un problema es asumirlo y luego diseñar un camino de
acciones para resolverlo. Cuando la problemática es muy grave, el esfuerzo
demandado es mayor y puede requerir de una gran cantidad de personas, pero el
objetivo será el mismo: dar rápida respuesta y cambiar la situación. Esta
meta se trazó la Iglesia católica en su reacción ante la gravísima
crisis de los abusos que arrastra desde hace mucho tiempo, pero
ahora surge una decisión política de atenderla y resolverla. Al menos correr el
velo de la impunidad, agilizar procedimientos, proteger a las víctimas,
escucharlas, investigar y definir culpabilidades. Todo en coordinación e
información permanente del caso con la autoridad estatal y con el derecho civil
en el tratamiento penal del mismo.
Si bien puede
haber fuertes reparos en cuanto a la demora en atender estos casos, existe
un compromiso general -tanto de la jerarquía como en el laicado- de
involucrarse y comenzar a extirpar esta problemática. Es, al menos, una señal
que lanzó recientemente el Vaticano, respaldada plenamente por el papa Francisco.
En este sentido, a
mediados de julio se presentó a nivel mundial un vademécum elaborado por la
Congregación para la Doctrina de la Fe mediante en el cual se proponen
cuestiones procesales ante los casos de abuso sexual a menores cometidos por
clérigos. Esta especie de “hoja de ruta” para tratar las denuncias de este tipo
también tuvo su presentación formal a nivel nacional y provincial.
La semana
pasada, el Consejo Pastoral para la Protección de Menores y Adultos Vulnerables
de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) realizó un encuentro virtual vía
Zoom del cual participó El Litoral. Al día siguiente también se llevó a cabo
una conferencia de prensa en el arzobispado de Corrientes, donde brindaron
detalles de la iniciativa. En la ocasión se contó con la presencia de monseñor
Andrés Stanovnik, quien expuso sobre la temática, tal como se publicó el
jueves pasado.
El conversatorio a
nivel país sobre aspectos del vademécum fue encabezado por el obispo de
San Francisco (Córdoba) y coordinador del Consejo Pastoral para la Protección
de Menores y Adultos Vulnerables, monseñor Sergio Buenanueva. Lo
acompañaron el sacerdote Mauricio Landra, rector del seminario de Gualeguaychú,
canonista, profesor y exdecano de la Facultad de Derecho de la Universidad
Católica Argentina (UCA), y la licenciada María Inés Franck, secretaria
ejecutiva del Consejo.
Al abrir el
encuentro, el obispo Buenanueva anunció que “la idea es presentarles
este vademécum, un nuevo instrumento que la Iglesia pone sobre la mesa como
parte de su respuesta a la crisis de los abusos. Además, poder hablar del tema
e interiorizarse de cómo estamos trabajando desde la Conferencia episcopal, y
desde el punto de observación de nuestro Consejo pastoral”. Al
respecto dijo que “desde este punto de observación podemos asomarnos
a lo que está pasando en la Iglesia real, concreta, de las diócesis y las
congregaciones religiosas. Y en este sentido está pasando mucho y
bueno”.
“La crisis de los
abusos es grave y es honda”, resaltó y agregó: “La Iglesia, después
de un momento inicial de incertidumbre, está entrando a velocidad crucero en su
respuesta. Y eso es un gran aprendizaje porque por la misma naturaleza de la
crisis, que supone -entre otras cosas- volver sobre nosotros mismos, sobre el
modo en que hemos afrontado décadas anteriores, significa esa disposición para
aprender de los errores, de un montón de
perplejidades, de interrogantes y de situaciones no bien
llevadas”.
Indicó luego que
“subrayo la palabra Iglesia, que no quiere decir los curas solamente. En
esta respuesta (a la problemática de los abusos) crece aquel sujeto ‘Iglesia’
que es uno más eclesial en el sentido rico de la palabra. Es decir, cada vez
vemos más rostros laicales, y eso es muy bueno, en especial en esta materia. Y
observamos más rostros femeninos, y eso es buenísimo dentro de esta
problemática porque son como un signo de esperanza muy grande”, acentuó.
El titular del
Consejo pastoral también hizo hincapié en que “el abuso, básicamente, es un
abuso de poder. Puede tomar la forma de un gesto de carácter sexual, pero en su
naturaleza más profunda es abuso de poder, manipulación emocional, abuso de la
conciencia”.
Por eso, “la
respuesta de la Iglesia es, entre otras cosas, convocar a laicos consagrados
que sienten realmente que no pueden mirar este problema desde la vereda de
enfrente”.
Resaltó que “el
vademécum es un paso muy importante, lo valoro muy positivamente.
Como obispo puedo decir que contar con un manual que clarifica el itinerario
por recorrer para responder a presuntos abusos es fundamental”. Y en este
sentido indicó a continuación: “La Iglesia ha tenido que aprender a clarificar
sus normas. El vademécum, a la hora de clarificar el itinerario, empieza a
responder interrogantes que cualquiera que ha tenido que enfrentar este problema
se planteó en algún momento”.
“No es una ley
nueva”
Posteriormente, el
padre Mauricio Landra aclaró que “el vademécum no es un texto normativo: no es
una ley nueva. Incluso, no reemplaza a la legislación que está vigente en esta
materia en el tratamiento eclesial sobre abuso sexual”.
Después se
refirió a los distintos segmentos que componen el documento,
que contempla 164 puntos específicos y que se presenta como
manual. En este sentido, Buenanueva señaló que fue elaborado “para tratar de
modo homogéneo esta problemática eclesial, sus características y consecuencias, incluso
en detalles, que no son menores, pero que hacen a su unificación en la
práctica”.
“Está destinado al
operador, quien va a acompañar a la autoridad eclesiástica para hacer las
tareas no solo de un modo homogéneo, sino eficaz, en orden a su fin, al fin de
la ley. Lo cual será, en primer lugar, buscar la verdad, establecer o
restablecer la justicia y, si es necesario, también con una sanción que tiene
un fin: que se repare el escándalo, se restituya esa justicia e incluso que
cambien a las personas que han sido autores de estos hechos delictivos”,
manifestó.
Seguidamente, el
sacerdote aclaró que la iniciativa “no pretende sustituir una formación de los
profesionales del derecho canónico en particular por una en derecho penal y
procesal”.
Explicó que el
texto “trata los delitos cuando en los hechos participan clérigos y cuando la
víctima o las víctimas son menores de edad o a ellos equiparados”. Y en este
marco “aparece la expresión de ‘personas vulnerables’. Ese abuso de poder y de
conciencia a veces afecta a personas que son mayores de edad que no se
equiparan siquiera a menores, pero revisten una vulnerabilidad”.
“El documento hace
su aporte para que el tratamiento sea bueno, correcto, justo. Inclusive que el
fiel cumpla con sus obligaciones y, sobre todo, con su derecho como ciudadano.
Por lo tanto, el vademécum va dimensionando qué hacer con la autoridad civil y
cuándo ella interviene, tanto en el tema específico como en los actos que ha
realizado la Iglesia”, aclaró.
“En el final,
el texto cierra diciendo que es una ayuda para seguir profundizando
en el tema, aplicando la ley y, sobre todo, lo más importante,
tratando de cicatrizar las profundas heridas que producen estos actos en
general en la comunión eclesial. No solo en personas físicas, en las familias y
comunidades, sino en la Iglesia misma, que se siente herida y está llamada
a cicatrizar”, concluyó.
Canales de
denuncias
Finalmente, María
Inés Franck, secretaria ejecutiva del Consejo pastoral, hizo una
exposición más puntual acerca de los procedimientos y la contención de
denunciantes. En primer lugar destacó que el vademécum ofrece “una serie de
recomendaciones sobre algunas cuestiones que, a lo mejor, hacía falta aclarar.
No desde lo jurídico sino desde la práctica habitual, en las que muchas veces
existían dudas”.
“Por ejemplo
-continuó-, el texto describe más exhaustivamente las conductas incluidas en
este delito canónico. Sabemos que el término ‘delitos contra el sexto
mandamiento’ muchas veces no se entendía a nivel secular, y entonces aquí se
hace una descripción de la conducta más parecida a lo que habitualmente hacen los
códigos penales. Eso es muy útil”.
Por otra parte,
resaltó que “también se refiere al origen que puede llegar a tener una noticia
de este tipo para la Iglesia, que puede ir desde una denuncia escrita y firmada
a una conversación telefónica o una noticia aparecida en un medio de
comunicación, una nota simple, un posteo en redes sociales… La noticia puede
venir de cualquiera de esos lados y por supuesto que no se
cierran allí: después pueden surgir nuevos canales de
exposición”.
En otro segmento
del manual, destacó María Inés Franck, “se refuerza la obligación de
notificar a las autoridades estatales”.
“Nunca más”
“En el tramo
final, algo muy importante”, advirtió y mencionó: “El vademécum refiere a lo
que vienen haciendo desde hace ya un tiempo los documentos pontificios, que es
poner énfasis en la contención y el acompañamiento a todos aquellos que
denuncien haber sido víctimas de estos delitos”.
En relación a esta
cuestión, señaló el curso virtual que implementa el Consejo pastoral “para
aquellas personas que, justamente, han sido designadas por las diócesis y
congregaciones para recibir estos informes”.
Al respecto
resaltó que apuntan a “que sepan tener una escucha empática hacia aquellas
personas que se acercan a denunciar. De esta manera, hacer que los denunciantes
sepan que se los acompañará y que la Iglesia tiene también un rostro humano
para con ellos y está siempre a su disposición”.
“Los cursos de
capacitación tienen una gran participación”, aseveró Franck y
concluyó con una frase, al menos, esperanzadora: “Hay gente dispuesta a hacer
lo que fuera para que nunca más ocurra un abuso en el ámbito eclesiástico”.


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