23 septiembre 2020

Necesitamos Aprender a Respirar con los Dos Pulmones



Por Maxi Chade

La Iglesia está llamada a respirar con sus dos pulmones: el occidental y el oriental, es decir sabiendo valorar la inmensa riqueza de ambas partes e integrándolas en la vida personal y comunitaria de los seguidores de Jesús. Nuestra mentalidad occidental, muchas veces ha dejado de lado el tesoro histórico y relegado a un plano casi oculto a los que también comparten con nosotros el camino de la fe y que viven en aquella región del mundo.Hablar de las Iglesias orientales es adentrarse en un camino que es indudablemente mistérico, aludiendo al Misterio no como aquello que no puede ser conocido, sino más bien a aquello que no puede ser abarcado. Pareciera extraño tener que relatar y describir a las iglesias orientales como algo novedoso, ya que muchas de estas comunidades deben su origen a la misma etapa histórica de la predicación de Jesús y el germen de las primeras comunidades cristianas que conocieran la luz fueron “inauguradas” con la presencia o el paso de Jesús y de sus Apóstoles por muchas de ellas. Quizás este sea el tiempo, mediado por la inmediatez de la información, la primicia de las redes sociales y el contacto virtual, el que nos acerque más de pronto a todas ellas. No pretendemos hacer un recorrido meramente histórico de estas iglesias, sino más bien, ir tocando distintos puntos de reflexión que nos ayudarán a vivir nuestra espiritualidad en una clave “oriental”. 

Para empezar podríamos hablar de estas primitivas comunidades, que aún hoy siguen estando activas y se consideran como herederas de una tradición impresionante. Tenemos que tener en cuenta que dentro de las tradiciones eclesiales contamos con 23 Iglesias orientales. Estas tienen una forma de organización propia, pero a la vez todas ellas están en plena comunión con Roma. No son comunidades que vivan de manera distinta a las nuestras, pero tienen algunas tradiciones culturales, litúrgicas y teológicas que las hacen especiales. 

El inicio de cada una de ellas es importante, pero también lo es el contexto en el que se encuentran siendo hoy en día testigos de la presencia de Jesús. Las tierras orientales, es decir aquellas ubicadas geográficamente al oriente de Roma, son lugares en donde la vida cristiana se ha tornado muchas veces difícil de manifestarse públicamente, por lo que las persecuciones y las dificultades que han tenido que sortear se convirtieron y aún lo siguen siendo, una moneda corriente. Tierras consideradas santas, por la presencia de Jesús o sus Apóstoles como el Líbano, lugar en donde Jesús encontró a la siro-fenicia; Egipto, lugar elegido por la Sagrada Familia de Nazaret para el exilio; Siria conocida en aquel entonces por haber sido el primer lugar donde los seguidores de Jesús recibieron el nombre de cristianos, son algunas de las semillas fértiles en donde nacieron estas Iglesias. Hoy en día la situación de algunas de ellas no ha cambiado; las minorías cristianas encuentran hostilidad para vivir su fe, pero aún eso siguen siendo faro para la esperanza que muchas veces pareciera que Occidente empieza a perder. 

La esperanza es uno de esos conceptos a los que podríamos encontrarle un nuevo sentido, resignificado, desde la vivencia oriental de nuestros hermanos seguidores de Jesús. La idea será a partir de ahora ir sacando estos puntos de apoyo, para que aprendamos juntos a respirar con los dos pulmones, el occidental y el oriental. 



2 comentarios:

  1. Julio Plaza26/9/20, 20:39

    Un curso de la UCA sobre las Iglesias Orientales, actualmente en desarrollo, es muy ilustrativo.

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  2. Julio Plaza26/9/20, 20:42

    Un curso de la UCA sobre las Iglesias Orientales, actualmente en desarrollo, es muy ilustrativo.

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