15 octubre 2020

Necesitamos Aprender a Respirar con los dos Pulmones 2

 

 La Iglesia Greco-Melkita Católica



Por Maxi Chade

Dijimos que la Iglesia necesita respirar con sus dos pulmones. Dentro de este “pulmón oriental” existen 23 Iglesias Orientales Católicas, que dependen del Papa, aunque estén organizadas de una manera, que la mayor responsabilidad recae sobre la figura de un Patriarca. Una de esas Iglesias, es la Greco-Melkita: para acercarnos a ella debemos aclarar su nominación, que ayudará a entender el recorrido histórico que la misma hizo. Greco, en alusión a la gran influencia bizantina bajo la cual fue naciendo este grupo de seguidores de Jesús  y Melkita porque bajo ese término (que deriva del hebreo que significa rey) se designaba a las Iglesias fieles a las que habían seguido la tradición del Concilio de Calcedonia.
La fundación de la Iglesia en Antioquía, sede histórica de la Iglesia Greco-Melkita, se remonta a los tiempos apostólicos: el libro de los Hechos de los Apóstoles relata que fue en ese lugar en donde se llamó por primera vez “cristianos” a los seguidores de Jesús y fue en ese lugar, donde las predicaciones apostólicas, especialmente la de Pedro y Pablo dejaron bien constituidas las distintas comunidades nacientes. En el recorrido histórico de este grupo de seguidores de Jesús, las invasiones que sufrieron estas tierras dieron origen a lo que se conoce como la “diáspora”, es decir aquellos fieles de la Iglesia Greco-Melkita, que viven fuera de los territorios en donde fue fundada dicha Iglesia: de esta manera la mayor cantidad de fieles que se reconocen greco-melkitas se encuentran fuera del territorio patriarcal.
Comúnmente a las Iglesias orientales se las conocen por las diferencias que existen en la manera específica de celebrar los sacramentos. En este caso particular, el rito que siguen los greco-melkitas es el rito Bizantino, que data de las épocas apostólicas y fue atribuido a Santiago, cuyas modificaciones estuvieron a cargo luego de San Basilio el Grande y San Juan Crisóstomo.  En esta forma de celebrar algunas de sus características son: el uso de la lengua griega, aunque hoy en día es también muy común el uso del árabe; quien preside la Celebración de la Misa, que es conocida como Divina Liturgia, lo hace de espaldas al pueblo; el Altar se encuentra atrás de una pared que lo separa de los fieles y es conocido como Iconostasios (lugar donde se reservan los íconos); el Iconostasios tiene tres puertas, una central llamada Puerta Real o Puerta del Cielo y por donde sólo ingresan los ministros ordenados, mientras que los fieles lo hacen por dos puertas laterales llamadas Puertas Diaconales o Puertas de los Ángeles. Para la Celebración de la Divina Liturgia se usa pan con levadura, que lleva impreso letras griegas sobre la masa, de la misma manera los fieles comulgan pedazos de ese pan consagrado.
La rica tradición oriental de las Iglesias Católicas tiene en la Iglesia Greco-Melkita uno de sus grandes exponentes de la conservación de las tradiciones apostólicas hasta nuestros días: la gran biografía de espiritual de santos, monjes y monjas y muchos miembros anónimos han contribuido con sus aportes a una profunda reflexión; las persecuciones que han sufrido le han atribuido una fortaleza que es faro de esperanza desde todo el Oriente hacia el mundo entero y la forma de celebrar los sacramentos hacen que los fieles entren en una dinámica terrena pero con íntima conexión con lo celestial, en donde todo nace en Dios y vuelve a Él, tal como lo dice uno de los Kondakion (himnos) de su Liturgia: “Lo que es tuyo, de lo que es ya tuyo, te lo ofrecemos de todo y para todos”.
 

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